Estaréis pensando: ¿Qué tiene que
ver una película de animación con la gestión de residuos? ¿Ahora
se dedican a hacer reseñas?
No, no hacemos reseñas, pero esta película se merece una mención muy especial en nuestro blog.
El viaje de Chihiro (Spirited Away en
inglés) es una película japonesa dirigida por Hayao Miyazaki, con
música de Joe Hisaishi, que gano el Óscar en 2002 al mejor
largometraje de animación. Esta obra maestra se encuentra en el top
10 de las 50 películas que deberías ver a los 14 años según el
British Film Institute.
Pero bueno, vayamos a lo importante, la
historia trata sobre una niña llamada Chihiro que se muda con sus
padres a un nuevo lugar. Dirigiéndose a su casa se encuentran con un
túnel que los lleva a un mundo fantástico, en el que no hay lugar
para los seres humanos, sólo para los dioses de primera y segunda
clase. Cuando descubre que sus padres han sido convertidos en cerdos,
Chihiro se siente muy sola y asustada, no sabe que hacer. Su entorno
va cambiando, llega la noche y también el peligro, debe armarse de
valor y luchar, por sí misma y por lo que ella quiere.
¡¡ATENCIÓN SPOILER!!
Si queréis ver la película y no queréis
que os desvelemos nada, ahora es el momento de parar de leer si no,
no nos hacemos responsables.
Y ahora, el secreto que estabais
esperando: Chihiro y los residuos.
A lo largo de la película, Chihiro consigue
un trabajo y así sobrevivir en la casa de baños. Al ser una humana
todo el mundo la rechaza y la tacha de inútil, por ello siempre le
dan los peores trabajos y aquí viene uno de ellos.
Chihiro debe encargarse de lo que a
simple vista parece un dios pestilente. Con mucho esfuerzo y ayuda de
un sin cara, Chihiro consigue apañárselas con este dios. Ella
descubre que este dios tiene una esquina clavada en el costado, cosa
que es muy rara. Con ayuda de todo el servicio de la casa de baños,
consiguen quitarle la espina que no es ni más ni menos, que un
montón de basura y de residuos que no han sido debidamente
gestionados.
Muchos de los dioses de esta historia,
son ríos, mares, afluentes... y este dios, es uno de los más
importantes: "El dios del río", pero la mala gestión de residuos le ha hecho enfermar y
convertirse en algo asqueroso que nadie quiere. Pero Chihiro lo ayuda
y lo salva, cosa que podemos hacer nosotros también. Todos podemos
ser ella y salvar un río o cualquier otra cosa de llegar a
contaminarse y afectar a la salud, poniendo nuestro granito de arena.
O lo que podemos hacer, es reciclar,
ayudar y evitar que estos residuos sean mal depositados o
gestionados. No salvaremos dioses, pero si ayudaremos a muchísimos
seres vivos y los salvaremos de un destino del que no son
conscientes.
Os recomendamos que veáis esta película,
si no la habéis visto o que la veáis otra vez. También las demás
películas del gran estudio que las crea: Studio Ghibli. Todas son
preciosas y tienen mensajes muy bonitos. Personalmente, lo que más
destaca de estas películas son la cantidad y calidad de detalles que
en otra películas quedan sin importancia.
Por eso, si las veis o veis cualquier
otra con mensaje relacionado con la gestión de residuos,
¡Decírnoslo! Muchas gracias y hasta pronto.
La verdad es que el dios del río lleno de residuos pasa un poco desapercibido en la película, pero gracias a esta entrada habéis dado a conocer más El viaje de Chihiro y esas pequeñas reflexiones que siempre nos deja el Studio Ghibli.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
No conocía la película, hoy me la he visto y me ha encantado. Gracias a vosotros he descubierto una película fantástica, que además tiene comparaciones con la naturaleza y sobre como cuidarla.
ResponderEliminar¡Un beso! ¡Y ánimo con el blog!
Yo había visto la película, pero no me había parado a pensar sobre el mensaje que nos deja con el dios del río. Eso demuestra que cuando ves una película hay que estar atento hasta con los detalles más pequeños.
ResponderEliminarGracias por este aporte tan interesante y seguid así de bien con el blog ;)
Me parece una comparación muy original sobre que podemos obtener las personas al ayudar al medio ambiente, ya que si todos lo hiciésemos, verdaderamente la recompensa de un planeta habitable para todos, seria la equivalente a la recompensa de un Dios.
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