Los residuos orgánicos
son aquellos residuos que son biodegradables. La recogida selectiva de los
mismos, a través de un contenedor específico, permite un máximo aprovechamiento
de los recursos y un beneficio para los vertederos.
Gestión de los residuos orgánicos
Entre los diferentes
métodos empleados en la actualidad para el tratamiento de los residuos orgánicos
urbanos destacan, los siguientes:
1. Vertido controlado:
Consiste en un principio en la
colocación de los residuos sobre el terreno, extendiéndolos en capas de poco
espesor y compactándolos para disminuir su volumen. Se suele realizar su
recubrimiento diario con suelo para minimizar los riesgos de contaminación
ambiental y para favorecer la transformación biológica de los materiales
fermentables. La elección adecuada del terreno es fundamental, en especial para
preservar a las aguas superficiales y subterráneas de la contaminación por
lixiviados. El tratamiento que se puede seguir es el de compactación ligera y
recubrimiento con mayor periodicidad o compactación intensa sin recubrimiento.
2. Incineración:
Durante la década de los años 1960 la eliminación de los residuos sólidos urbanos mediante incineración se mostraba como el sistema definitivo de tratamiento. Se encargaron muchos proyectos y la implantación de instalaciones de incineración adquirió un gran auge. Esto se mantuvo hasta 1975, momento a partir del cual disminuyeron considerablemente las obras de construcción y los proyectos que se llevaban a cabo en referencia a este método de gestión de los residuos. El éxito del sistema fue especialmente importante en el norte y centro de Europa así como en EE.UU. La incineración consiste en un proceso de combustión controlada que transforma los residuos en materiales inertes (cenizas) y gases.
DATOS:
La descomposición de los residuos orgánicos genera gases que producen el efecto invernadero, incluidos dióxido de carbono y metano. Estos gases contribuyen a que esté cambiando el clima a nivel mundial.
En los vertederos las bacterias descomponen los residuos orgánicos utilizando procesos de respiración aeróbica (con oxígeno) y anaeróbica (sin oxígeno). El líquido resultante se mezcla con el agua de lluvia y otros desechos líquidos y produce una substancia conocida como aguas de lixiviación. Las aguas de lixiviación se acumulan en la parte inferior de los vertederos y pueden filtrarse hasta llegar a aguas subterráneas, contaminándolas.
3. Reciclaje de Materia Orgánica
Los residuos orgánicos pueden convertirse
fácilmente en compost en la casa o a través de proyectos
comunitarios en los cuales se elabora compost o se crían lombrices.
Al fabricar compost los residuos
orgánicos no se convierten en basura, además de ser beneficioso para la tierra
y la producción de alimentos.
· Elaboración de compost
El
compostaje es la transformación biológica de la materia orgánica en productos
húmicos conocidos como compost y que se emplean como fertilizante. Se realiza
en presencia de oxígeno y en condiciones de humedad, pH y temperatura
controladas.
La
elaboración de compost es una forma de reciclaje que tiene lugar continuamente
en la naturaleza. Los sistemas de elaboración de compost pueden contener el
material orgánico y controlar las condiciones para acelerar su descomposición.
Se puede
empezar a elaborar compost simplemente en un contenedor o una caja de madera
sin fondo, con ladrillos o madera, o haciendo un montón. La eficacia de la
descomposición de un montón de compost depende de factores como los nutrientes,
aireación, agua, microbios, tiempo y temperatura. Los invertebrados (insectos y
lombrices de tierra) y microorganismos (bacterias y hongos) convierten el
material en compost.
Se
pueden reciclar los siguientes materiales: pan, posos de café, cáscara de
huevo, restos de frutas y verduras, césped cortado, hojas, estiércol, papel,
serrín, algas, paja, hojas de té, hierbajos y ceniza.
· Lombricultura (Cría de lombrices)
Lombricultura es la elaboración de compost con
lombrices. Las lombrices pueden comer
cada día el equivalente al 30% de su peso. Las lombrices
convierten los residuos orgánicos en un material parecido a la tierra que
contiene muchos nutrientes y es un buen fertilizante. También
producen un líquido marrón oscuro, que puede diluirse para utilizarlo como
fertilizante líquido.
Los criaderos de lombrices suelen consistir en contenedores de poca profundidad que se colocan unos encima de otros y están hechos de un material simple como el plástico o la madera, con agujeros entre capa y capa. Las lombrices se mueven entre las capas hasta llegar a los residuos orgánicos.
Estos
sistemas funcionan muy bien si se mantienen las condiciones de oscuridad y
humedad y si se les provee adecuadamente de residuos orgánicos.
Las
lombrices pueden comer la mayor parte de los restos de frutas y verduras, hojas
de té, posos de café y cáscaras de huevo. No añada restos de carne, pan, pasta,
arroz, cebollas o frutas cítricas al criadero de lombrices.
Si hay
demasiadas lombrices, se pueden añadir a un montón de compost para que aceleren
el proceso.
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