La necesidad de reciclar
surge de la mano del consumismo desenfrenado del último siglo. Los profundos cambios sociales que ha
producido la Revolución Industrial han afectado directamente al estilo de vida,
sobre todo al occidental y a la forma en que consumimos. Con la incorporación
de la mujer al mercado laboral y los subsiguientes cambios en la familia tradicional,
han surgido toda una variedad de productos elaborados y diseñados para el
consumo individual.
Paquetes, plástico,
cartones, envases desechables… comer, vestirse o asearse son procesos que
generan cada vez más kilos de basura. De acuerdo a datos del Eurostat, España
es uno de los países que más basura genera, con una media de 575 kilos por
habitante, frente a la media de la UE de 524 kilos. Sólo es superado por
Dinamarca, Irlanda, Chipre y Luxemburgo, todos ellos con más de 700 kg por
persona.
Los países que más tarde
se han incorporado a la UE y que en muchos casos no han alcanzado los niveles
de industrialización medios de la UE, como República Checa, Letonia, Polonia,
Rumanía y Eslovaquia son los que menos basura generan, con menos de 400 kg por
persona al año. Sin embargo, a no ser que se lleven campañas intensivas de
educación en el reciclaje, una adecuada gestión de residuos y cambios
culturales que desincentiven el uso de productos desechables, esos países
alcanzarán rápidamente a sus vecinos en niveles de industrialización y de
basura.
¿Qué podemos hacer con
toda esa Basura? ¡RECICLAR!
De hecho, consideramos el
reciclaje tan importante que le hemos dedicado una parte de nuestro blog, donde
vamos poniendo actividades/alternativas para reutilizar materiales como el
papel, darles otro usos, o simplemente enseñar a tirarlos en el
contenedor adecuado para posteriormente poder
ser reciclados.
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