Ya en entradas anteriores comentamos qué
eran los residuos radiactivos, cómo se clasificaban y cómo se
almacenaban. Ahora toca el turno de hablar de cómo pueden afectar esos
residuos a nuestro cuerpo.
¿Por dónde entran los radionucleidos en el organismo?
Los radionucleidos entran en el cuerpo humano a través de
los pulmones y el sistema digestivo, algunos absorbidos más fácilmente que
otros. Los radionucleidos circulan por todo el cuerpo (como el cloro) o se
concentran en un órgano objetivo (tales como el yodo en la tiroides). Una vez
dentro, los radionucleidos emiten radiación hasta su eventual deterioro o
excreción. Los efectos sobre la salud que se producen dependen del nivel de la
exposición, la longitud de la vida media y el tipo de radiación emitida por el
radionucleido.
¿Qué efectos producen en nuestra salud?

¿Cómo protegerse?
La protección
contra los efectos de los residuos radiactivos se logra mediante la limitación
del tiempo de exposición y la distancia de las fuentes radiactivas. Las
personas expuestas a la radiación ocupacional tienen instrucciones de llevar
ropa protectora y de trabajar en instalaciones bien ventiladas. También se
recomienda tener múltiples barreras entre el personal y las fuentes de
radiación. Los residuos radiactivos deben almacenarse en material especializado
que limite la exposición del medio ambiente.
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